Distintas actividades desarrolladas reflejan el auge del compromiso social en una arquitectura que persigue ofrecer más por menos. Comentarios sobre experiencias en diferentes partes del mundo.
El autor recorre la historia de los pabellones de España en las Exposiciones Internacionales para definir un rasgo identitario cercano al exotismo orinetal.
El autor plantea un recorrido por el año a partir de la presentación de seis categorías: escala mayor, cultura popular, sedes y marcas, cohesión social, programación infantil y residencia básica.
Concebida como un plegamiento geológico tallado geométricamente, el complejo de la Ciudad de la Cultura de Santiago constará de seis edificios que se albergarán bajos los pliegues telúricos de la cubierta. La biblioteca, la hemeroteca y el archivo son los primeros en ser inaugurados. La biblioteca, dividida en seis niveles, cuenta con distintas salas de lectura, un depósito de libros para más de un millón de ejemplares, áreas expositivas, aulas y un pequeño auditorio. Destinada a ser el núcleo simbólico del conjunto, sus recintos interiores se definen por cortes estratigráficos de los falsos techos que siguen la tectónica general del edificio. La hemeroteca se ubica al lado de la biblioteca de la que la separa un camino peatonal compartido; una zona de exposiciones recibe al visitante y le permite asomarse sobre la sala de lectura principal. Bajo la misma se albergan las dependencias de servicio desde los cuales se centraliza la distribución en los espacios de catalogado y archivo del complejo.
El Centro Niemeyer forma parte de un ambicioso plan de reordenación urbana que regenerará el margen de la ría de Avilés. El museo, una cúpula construída con el sistema Domo, en el que una membrana de PVC presurizada actúa como encofrado y se conserva como acabado exterior. El auditorio, unido al museo por una marquesina ondulante, tendrá capacidad para casi mil espectadores y contará con un escenario exterior. En la torre-mirador se encuentra un restaurant.
La manzana donde se ubica la intervención estaba ocupada por un antiguo cuartel. Respetando la trama urbana existente mediante su orientación y morfología, el proyecto canaliza el flujo de visitantes a través de los espacios intersticiales que se han trazado entre las distintas piezas. De los cinco edificios que componen el conjunto, el auditorio domina el lugar por su dimensión y expresa su función por la forma curva del muro que lo limita. Los edificios destinados a oficinas y usos comerciales adoptan una acentuada contención formal que se sustenta en un ritmo de huecos pausado y regular.
Vinculado al yacimiento de Atapuerca el complejo integra el Museo de la Evolución Humana y centros de congresos e invetsigaciones. Integrado al parque lineal de la ribera del Arlanzón, el conjunto ofrece uans panorámicas únicas del casco antiguo de la ciudad. El sistema de rampas y terraplenes compone la plataforma de acceso a cada uno de los tres edificios con cualidades y usos concretos.
Símbolo de la unión de dos poblaciones que integran la localidad alcantina, el auditorio, situado en la cota más alta, es visible desde cualquier punto del doble núcleo urbano. Sobre una superficie de 5100 m², la condición del solar determina la organización del proyecto, que parte de la adaptación de las salas a la topografía del terreno, liberando espacio para los vestíbulos.
El proyecto da respuesta a las particularidades tanto del emplazamiento como del programa. Se sitúa en el límite entre la ciudad consolidada y los futuros ensanches. El programa está formado por de diferente constitución: teatro, auditorio, servicios, escuela de música y restaurante. La estrategia es utilizar un sistema de proyectos capaz de solucionar con los mismos instrumentos -relación con el suelo, geometría y cubiertas- piezas tan diversas en uso y escala.
El nuevo museo constituye la primera fase de un proyecto para mejorar los accesos al Castillo de Monteagudo así como su rehabilitación para hacerlo visitable. El edificio es un recorrido, pues se inserta en el entorno y resuelve sus accesos mediante rampas. La planta baja proyecta su apertura al entorno; se construye con pantallas estructurales de hormigón y cierres metálicos.
La nueva dotación incluye un centro cultural y un espacio al aire libre con árboles centenarios; el edificio de aspecto cambiante, pretende establecer un diálogo y fundirse con el entorno natural de luces y sombras. La planta se resuelve en tres crujías principales que organizan todo el programa: la oeste contiene salas de actos, cafetería, biblioteca y sala de exposiciones; la central serivicios, circulaciones verticales y patios y la más próxima a la calle aulas, despachos y oficinas. El proyecto busca la integración de sistemas pasivos y tradicionales.
La topografía del enclave se aprovecha de tal modo que la construcción se soterra parcialmente, facilitando el proceso de producción del vino y reduciendo tanto su demnada energética como su impacto visual en el paisaje. El edificio adopta forma de trébol desplegado en tres pabellones conectados que albergan de manera independiente cada uno de los procesos de producción del vino. Una estructura prefabricada de hormigón armado construye el gran contenedor del edificio y s ereviste con una piel plegada de chapa de acero cortén.
Situada en el límite del pueblo, que remarca con su presencia, la nueva torre se configura como un monolito esencial y aparenta ser un vetigio de la fortificación medieval arrasada por el tiempo. El elemento clave que condiciona el proyecto es el intenso desnivel de la parcela. Así, el edificio toma tres niveles por debajo de cota superior y dos por encima. Los cuatro volúmenes que emergen articulan un espacio elevado de contorno anguloso que vincula el tejido de la ciudad.
El conjunto está formado por nueve edificios agrupados cuya combinación crea un espacio urbano de calles perpendiculares; en las intersecciones se generan dos plazas para actividades o áreas de descanso de los artesanos. Una celosía de piezas prefabricadas de hormigón blanco envuelve los talleres. Un vestíbilo cúbico es el espacio principal que alberga los usos comunes a los distintos gremios.
El edificio se articula como una sucesión de crujías paralelas a la calle. Como además de alojar la sede del Colegio de Arquietctos el edificio alberga la Fundación Cultural, se requería una planta baja diáfana para reuniones y exposiciones. Este gran espacio se divide tres mediante un sistema de paneles. En la tercera crujía se introducen varios patios que iluminan y crean un juego de transparencias y reflejos entre los espacios destinados a oficinas.
El conjunto se adapta con su sección escalonada a un emplazamiento en pendiente. En planta, una agrupación de formas circulares de distintos tamaños rodean una plaza pública desde la que se accede a las áreas de apoyo -radio, sala polivalente, guardería, correo, banco- y a las dependencias del ayuntamiento. Constructivamente, el pryecto hace un uso intensivo del hormigón y del vidrio, que se utilizan maximizando sus diversas características.
Dada la creciente demanda de nuevos aularios y residencias de estudiantes, la universidad convicó a un concurso de ideas para la provisión de dichas instalaciones así como la ordenación general del campus. El edificio propuesto, bajo y longitudinal, consigue máxima integración con el paisaje al liberar el suelo en planta baja. Las distintas áreas de aulas y departamentos están comunicadas entre sí por pasillos y puentes iluminados naturalmente que marcan ritmo y funcionalidad.
La presencia rotunda de edificios de viviendas de diez plantas afecta a la organización de los usos del programa y a la utilización de un patio como elemento principal del proyecto, que no sólo articula volúmenes y funciones sino que se convierte en referencia para la orientación e los usuarios. En la planta del semisótano se instalan los servicios, en la planta baja y la siguiente los talleres, el comedor, el gimnasio y las oficinas. La misma piel de policarbonato y plancha minionda de acero perforada que cierra las facahdas a la calle es usada en el jardín, unificando las muy distintas geometrías y diposiciones de huecos que responden al programa interior.
El centro se separa de la edificación colindante, dejando un patio que permite ventilar las habitaciones y construír en planta baja un espacio de acceso al edificio. Éste se compone de dos volúmenes: un cuerpo de acceso, reatrnquedao, sobre el que se apoya el principal, que se vuelca tanto a la plaza como al patio. Uno de los extremos del cuerpo principal repoa sobre un pilar sigular que señala la entrada y crea un porche protegido del sol.
La Plaza Ecópolis concibe la ciudad como fuente de aprendizaje para los ciudadanos educando en el ahorro energético y la optimización de los recursos naturales, integrando la ecología en la vida diaria. Las tecnologías empleadas en el proyecto se integran en un diseño adaptado a las condiciones climáticas que se basa en el uso de técnicas pasivas de control ambiental para minimizar el consumo de energía y recursos.
Planteada como un juego de construcción infantil, la escuela está conformada por una serie de piezas de colores y materiales variados que generan diferentes áreas de relación entre ellas, unificadas por una gran cubierta que alberga las instalaciones energéticas necesarias para el funcionamiento del edificio y que se adapta a los usos que se desarrollan bajo ella.
El programa se distribuye formando una L cuyo lado largo da al sur y ofrece la fachada más singular del proyecto, horadada por huecos multicolores, mientras que en el cuerpo corto, situado al este, se ubican la cafetería, el gimnasio y las oficinas. En la zona norte se ubica el patio de juegos y se reserva un espacio cubierto y exterior. Todas las ualas vuelcan al jardín o al patio exterior cubierto a través de paños de vidrio de suelo a techo.
Dos premisas básicas del proyecto fueron la necesidad de eceonomía en la ejecución y en el posterior mantenimiento. De la propia sencillez del programa derivó una planta en la que el patio ejerce de espacio de transición entre todos los usos del programa, que se alojan bajo una gran cubierta de hormigón quebrada e inclinada, y recortada en forma lobular para respetar las copas de los árboles existentes.
Se buscó un juego volumétrico del edificio con el entorno, vacíos y recortes que permiten recuperar fragmentos del paisaje. A partir de una manazana tradicional, se redefinió el programa resiedencial; se ubicaron los servicios comunes en una plataforma y se conformó un código volumétrico de altura variable. El espacio interior se trató como una plaza, las unidades se abren hacia ese patio y los accesos coinciden en ese espacio intermedio, activándolo y generando la relación vecinal necesaria.
Edificio de 44 viviendas sociales en régimen de alquiler. Debido a lo estricto de las condicioes de asoleamiento requeridas por el programa, se optó por articular el edificio en dos bloques separados que forman una L, en cuyo vértice se sitúa el vestíbulo y el núcleo de comunicaciones común. La vivienda tipo tiene 60 m², distribuídos de manera tal que los usos se puedan adaptar con facilidad a distintos usuarios: en la faja central se ubican las instalaciones y por lo tanto se asocian baños y cocinas mientras que los espacios de estar y dormitorios poseen un carácter neutro que permite usarlos de manera diversa en el tiempo.
22 viviendas de alquiler para jóvenes de promoción pública. Un cuerpo alineado en continuidad con los edificios existentes, abierto hacia la calle y con con viviendas pasantes, resuleve de manera sencilla gran parte del programa residencial. El resto se ubica en el fondo del solar, con viviendas colgadas en las dos plantas más altas para mejorar la iluminación y la ventilación. La fachada es una reinterpretación libre del balcon típico de los edificios decimonónicos.
Casa de Colonias, Castellbell i el Vilar (Barcelona)
Autor:
Autores secundarios/Colaboradores:
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Autor corporativo:
Office of Architecture in Barcelona
Autor corporativo secundario:
Resumen:
El proyecto está inspirado en referentes del mundo de la infancia y consta de tres partes bien diferenciadas: edificio de servicios, aulas de naturaleza y dormitorios. Forman el conjunto dos albergues, cada uno de ellos formado por tres unidades de una planta y una de dos, y otros dos volúmenes que alojan las aulas y el comedor. El espacio bajo cubierta de las unidades favorece el control acústico y la iluminación.
El autor reflexiona sobre la impronta del desarrollo sustentable en el ámbito de la arquitectura y el tipo de aglomeraciones que les correspondería habitar.
Según el autor, la colosal instalación de Ai Weiwei en la Tate Gallery es un magistral retrato de la China actual que aúna la excelencia artística y la intención política.
Selección de edificios que a criterio del autor reflejan el devenir disciplinar durante el año: 8 Spruce Street en Nueva York, Torre de oficinas en Doha, Museo de la ciudad en Amberes, 1111 Lincoln Road en Miami, Ciudad de la Cultura en Galicia, Centro Niemeyer en Avilés, Pabellón de España en Shanghai, Pabellón británico en Shanghai, Escenarios deportivos en Medellín, Ópera en Guangzhou, Mercado central en Abu Dhabi, Biblioteca universitaria en Kodaira.