Situada en el límite del pueblo, que remarca con su presencia, la nueva torre se configura como un monolito esencial y aparenta ser un vetigio de la fortificación medieval arrasada por el tiempo. El elemento clave que condiciona el proyecto es el intenso desnivel de la parcela. Así, el edificio toma tres niveles por debajo de cota superior y dos por encima. Los cuatro volúmenes que emergen articulan un espacio elevado de contorno anguloso que vincula el tejido de la ciudad.