Dos casas en el barrio Santa Isabel, en un terreno de 1000 m² ocupados por galpones industriales. En contraste con el entorno vertical, se cosntruye un edificio horizontal. Un primer patio, recibe y distribuye entre ambas unidades. El conjunto está construído con hormigón visto.
La obra se organiza en cuatro bloques que se articulan por una zona común compuesta por un SUM, pileta y solarium. Las unidades maximizan los metros cúbicos al trabajar con medios niveles que permiten minimizar la circulación vertical. El acceos individual es por la cocina en simple altura mientras que el estar-comedor queda en altura y media. Todas las casas tiene una expansión con parrilla.
El complejo Hamburger Hof se presenta como una combinación de edificios residenciales y comercailes que han sufrido varias modificaciones a lo largo de su historia. Se decidió mantener este concepto de multifunción y se adicionó un nuevo edificio de cinco niveles colindante. El último piso se desarrolla en voladizo sobre el parque trasero. A través del uso explícito de materiales y formas modernos, el antiguo patio adquiere un nuevo rol pero conserva su valor histórico.
La vivienda colectiva y la ciudad representan dos escalas de organziación diferentes pero complementarias. Los autores intentan reunir ejemplos de distintas estrategias de densificación de la manzana urbana.
En consonancia con el lugar y su extensión, el proyectista decide abrir la manzana, concibiéndola a partir de varios centros, mediante un cuerpo compuesto, sinuoso. Esta condición le confiere a la masa construída cierto carácter orgánico que se manifiesta en la espacialidad del parque y hace de la manzana construida un espacio de variación. La ondulación curva de la planta se lleva también al plano vertical del volúmen.
Se trabajó el proyecto sobre principios de transparencia, fragmentación, permeabilidad, liviandad y vitalidad sin distorsionar el equilibrio entre los requerimientos funcionales. Se redujeron las fachadas, cambiando los ángulos de intersección e incorporando balcones complementarios a los jardines de invierno. En el nivel de la calle se incrementó la altura para mejorar la transparencia en la profundidad del edificio.
Se buscó un juego volumétrico del edificio con el entorno, vacíos y recortes que permiten recuperar fragmentos del paisaje. A partir de una manazana tradicional, se redefinió el programa resiedencial; se ubicaron los servicios comunes en una plataforma y se conformó un código volumétrico de altura variable. El espacio interior se trató como una plaza, las unidades se abren hacia ese patio y los accesos coinciden en ese espacio intermedio, activándolo y generando la relación vecinal necesaria.
La idea se apoya en la confirmación de un prisma puro, con medidas y perímetro que permiten en todos los locales principales el ingreso de luz natural. La mayoría de las unidades tiene balcón corrido perimetral. La planta baja, entrepiso,subsuelo y último nivel alojan las instalaciones y servicios comunes -piscina clinatizada, solarium, SUM, cava, gimnasio; las cocheras se ubican en el segundo y tercer subsuelos.
Un antiguo complejo de silos se convirtió en un "edificio en altura rural", compuestas como una serie de villas apiladas, cada una de ellas con su individualidad y unicidad. Cada unidad aprovecha la luz, dependiendo de su ubicación. La circulación vertical con escaleras y ascensores, sirve como base para la terraza de uso común. Alrededor de la torre, los departamentos se ordenan sobre una estructura de acero.
El proyecto ensaya el agrupamiento de las aberturas y el despiece de la fachada cada tres niveles, imaginando la torre como el resultado de cinco niveles -tomado del entorno- en vez de quince. Las fachadas se plantean en dos dos planos, como tribunas invertidas hacia el inetrior, evitando un aspecto indiferenciado y acumulativo. Se libera un gran espacio de acceso. La plantas presentan una organización que permite flexibilidad en el uso.
La propuesta se alimenta de la complejidad formal y textual del lugar, reformulando el modelo tradicional de residencia pualista. La fragmentación en tres partes del cuerpo del edificio favorece la integración de la zona de recreación y los espacios de circulación vertival y horizontal. Las unidades se apilan de acuerdo con una variación no-lineal y no-modular de tipologías.
Las unidades están pensadas como espacios abiertos que ofrecen una total libertad de ocupación y adaptación al estilo de vida de cada habitante. En la fachada, la libre alternancia de paneles de vidrio con paneles de madera, confiere a la voumetría del edificio uan cierta ligereza y distensión en la composición.
El edificio hace uso de la topografía accidentada, la situación típica de un pequeño valle existente. La implantación se divide en dos bloques: uno superior y aéreo -la estructura habitacional- y otro inferior y arraigado -servicios y lugar para autos-. Entre los bloques hay un espacio y una losa libre con vista hacia la ladera.
El edificio incorpora en su organización la noción de ciudad mixta mediante la construcción de sesi ambientes programáticamente indeterminados pero espacialmente específicos. La ampliación de la altura libre interior posibilita ambientes con mayor profundidad, logrando un edificio que reduce al mínimo el intercambio energético con el exterior. Las envolventes son materializadas con un colchón vegetal que protege las fachadas.
El reto del proyeto fue alaczanr los más altos estándares de calidad ajustándose a los costos del mercado local. Buscando que las unidades tengan buen asoleamiento, se dejaron las fachadas este y oeste transparentes, con una serie de persianas corredizas formadas por lamas de madera.
De acuerdo a los requerimientos del comitente, se diseñó un edificio que presenta diferentes tipologías divididas en tres bloques: tres departamentos tipo estudio, tres departamentos con dos habitaciones y dos departamentoa dúplex. Las áreas comunes se concentran y permiten las vistas hacia tres frentes.
En el edificio Het Schip, funciona el museo homónimo, que exhibe la obra de los arquitectos que pertenecieron al movimiento conocido como Escuela de Amsterdam, reunidos en torno a la figura de Michel de Klerk. El artículo recopila parte de la información que aloja la exposición.
Luego del terremoto ocurrido en Chile en 2010, un grupo de arquitectos de diversas partes del mundo, se unieron en un proyecto para contribuir con la reconstrucción de la infraestructura cultural. Se construirán diez pabellones a lo largo de la costa de la VIII Región.
L.A. Colletive : La historia paralela de Latinoamérica...
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El artículo reúne una serie de notas producidas por los integrantes del grupo Supersudaca: Know-how Latinoamericano, entrevista a Alejandro Aravena y Fernando Pérez; Mario Pani avant l'heure; Cronología de casos colectivos Supersudaca; Permanencia de los monoblocks; Experiencia barriada, entrevista a John F.C.Turner; ¿Y Previ?; Montevideo cooperativo, entrevista a Gustavo gonzalez; De grandes cajas a pequeñas cajas.