oncebida como un plegamiento geológico tallado geométricamente, el complejo de la Ciudad de la Cultura de Santiago constará de seis edificios que se albergarán bajos los pliegues telúricos de la cubierta. La biblioteca, la hemeroteca y el archivo son los primeros en ser inaugurados. La biblioteca, dividida en seis niveles, cuenta con distintas salas de lectura, un depósito de libros para más de un millón de ejemplares, áreas expositivas, aulas y un pequeño auditorio. Destinada a ser el núcleo simbólico del conjunto, sus recintos interiores se definen por cortes estratigráficos de los falsos techos que siguen la tectónica general del edificio. La hemeroteca se ubica al lado de la biblioteca de la que la separa un camino peatonal compartido; una zona de exposiciones recibe al visitante y le permite asomarse sobre la sala de lectura principal. Bajo la misma se albergan las dependencias de servicio desde los cuales se centraliza la distribución en los espacios de catalogado y archivo del complejo.
El conjunto responde a un esquema alargado que se afirma progrresivamente como un complejo de pabellones, distribuídos en un parque natural arbolado. El nuevo edificio se asienta de forma natural sobre el terreno y establece una relacion directa con las zonas al aire libre, privilegiando las relaciones interior-exterior en todas sus plantas. La residencia define un volumen único que, asentado en el extremo sureste del complejo, se eleva hasta un máximo de tres plantas. En la planta baja se sitúan las áreas de carácter social y lúdico -recepción, comedor, zonas comunes y zonas ténicas de apoyo- en estrecha relación con el edificio existente, objeto de una ligera remodelación con vistas de adecuarlo. En las plantas superiores se alojan las habitaciones y zonas de servicio.
Situado en un campus histórico, crítico a la historia de Irlanda, el edificio es sensible a su contexto determinado en forma, altura, materiales e impronta cultural del lugar. La antigua biblioteca formó un lado de un cuadrado del siglo XX pero su extremo oeste estaba sin resolver. Ahí se ubica este paralelepípedo que completa el conjunto, creando un telón de fondo detrás de la sala de lectura de 1937 para cerrar escenográficamente uno de los frentes de la plaza. El programa se desarrolla en cuatro niveles de alojamiento que se complementan en la planta de nivel de acceso con las oficinas de personal, en el primer piso con salas de reuniones y en los niveles superiores con sectores de investigación y lectura.
En el diseño de su propio hogar-estudio, Siza hace una declaración sobre su método de trabajo. El volumen está graduado para encajar en el terreno naturalmente inclinado; se sustenta como un afloramiento natural, una arquitectura para mediar entre apertura y cierre. Un paralelepípedo largo, masivo, es ahuecado para producir la forma final. El resultado es una masa densa, compleja, de losas de hormigón y granito con hendiduras y proyecciones. El intrincado exterior se compensa por los interiores. Los espacios se extienden en largas perspectivas dominadas por el uso cuidadosamente calibrado de luz natural.
Catedral de Norwich y su claustro adyacente es un monumento histórico. La intervención más reciente, implicó la rehabilitación y reconstrucción de las alas del sur y del oeste del claustro. Si bien refleja el diseño arquitectónico contemporáneo, el proyecto toma su localización de las antiguas tradiciones de culto, la hospitalidad y la enseñanza de los monjes benedictinos que lograron el claustro en la edad media. La yuxtaposición armoniosa de lo existente y lo nuevo es una característica clave de todo el programa. El ala oeste, sitio de la antigua hosterías, se acondicionó para albergar espacios para actividades comunitarias y reuniones, un auditorio y sala de conciertos de música de cámara. La entrada sur al claustro y la biblioteca, las cocinas, servicios y oficinas se encuentran en la planta baja del ala sur del nuevo edificio. El nivel superior aloja una cafetería, una versión moderna del refectorio. La biblioteca permanece en el tejido histórico original.
