Los integrantes del estudio de arquitectura reflexionan sobre tres conceptos que consideran fundamentales al momento de definir un espacio expositivo: la construcción, el arte y las personas. Combinándolos en pares observan el trazado de las relaciones entre sus componentes, sus vículos y nudos.
El autor reflexiona sobre proyectos recientes de museos en distintas partes del mundo y concluye que lo que persiste detrás de los intereses diversos de cada intervención es la lucha por el protagonismo entre el edificio y las obras que muestra y para las que ha sido concebido.
El nuevo museo de la Acrópolis tiene como misión no sólo alojar los antiguos artefactos del sitio sino llamar la atención a nivel internacional sobre el necesario retorno a esa ciudad de las piezas localizadas en el Museo Británico. El edificio se resuelve en un volúmen simple, estratificado en capas superpuestas. En el interior el pavimento de vidrio indica un giro en ángulo recto para descubrir un pasillo lineal de altura con muros de hormigón simple y una rampa que incia un recorrido procesional.
El nuevo museo, alojado en el barrio de Flaminio, pretende ser un lugar que cree un campo de fuerzas con su entorno y no sólo un objeto estático. Se coloca entre los edificios existentes como un haz de líneas que genera espacios interiores y exteriores lineales y contínuos, manteniendo la escala del barrio. Para sortear los retos constructivos, principalmente la continuidad y los acabados de los muros perimetrales, se utilizaron encofrados especiales tridimensionales elaborados como modelos en CAD.
El antiguo edificio de las aduanas construído en el siglo XVII en la entrada del Gran Canal de Venecia, ha sido reformado para alojar la nueva sede de la Fundación Pinault. La intervención trata de recuperar el estado original del edificio para lo que s ehan restaurado las cerchas de madera de las cubiertas y consolidado los muros de ladrillo a la vista. Entre las piezas de nueva construcción se cuentan las escaleras y un núcleo de hormigón que conforma un espacio retirado dentro de la nave de exposiciones.
Siguiendo el plan vigente para la reconstrucción del tejido urbano histórico, el nuevo museo se alinea con el vial y remarca la esquina con un edificio de acceso de mayor altura. La larga fachada se retrasa respecto de la alineación histórica para dejar espacio a una hilera de árboles que ha crecido naturalmente. Los volúmenes más alto están conectados con los bajos por una ventana longitudinal contínua que divide visualmente al edificio en dos plantas. Además de las salas de exposiciones, el vestíbulo, la cafetería, la librería, la sala de conferencias y las zonas auxiliares de servicios, el edificio dispone también de oficinas para la administración así como un muelle de descarga para obras de arte, aulas para talleres, estudios de restauración y almacenes.
El proyecto consta de una propuesta urbana para renovar gradualmente el conjunto del museo -formado por varios edificios dedicados a los distintos sistemas de transporte- y construír un nuevo volúmen dedicado al transporte por carretera. El nuevo edificio consta de un bloque de acceso que crea un puente entre los edificios existentes; en la planta baja se alojan la taquilla, la tienda y dos restaurantes, en la primera planta las zonas de exposición, el acceso al planetraio y zonas de servicio, en la segunda un auditorio para 500 plazas y salas de reunión. Además se proveyó de un equipamiento que permite la llegada de visitantes en forma directa desde la estación de ferrocarril aledaña
El proyecto puede describirse como la conjunción de dos elementos; tres salas de exposición apiladas son cubiertas por un techo de forma particualr -simula un sombrero chino-. En la ejecución se utilizaron variedad de materiales y sistemas constructivos, desde cubiertas tensadas de PVC y policarbonato celular hasta estructuras realizadas en situ de hormigón y acero.
Reconociendo la calidad arquitectónica del conjunto, se han recuperado y adaptado algunas de las edificaciones existentes para alojar los espacios museográficos y se ha añadido nueva edificación, claramente autónoma e identificable, que aloja los espacios de servicio del pequeño museo -espacios técnicos, baños, cafetería, administración y seguridad-.
El museo está ubicado sobre el Cículo Polar Ártico en la granja donde creció el artista noruego. Su organziación vertical permite divisarlo desde la carretera, permitiendo vistas privilegiadas desde la cubierta y los balcones. La idea fundamental del proyecto es el "edificio como armazón"; el revestimiento exterior de madera negra alquitranada es típico de la zona y se ve interrumpido por una serie de sugerentes huecos que atraviesan la superficie.
La ampliación se presenta como una secuencia de piezas de vidrio y acero separadas por muros de piedra caliza y cubiertas con un toldo de lamas de aluminio que protegen los lucernarios de la cubierta. Las salas se reparten en dos cuerpos unidos por una galería central de comunicación que vincula con el acceso.
La nueva ampliación se adosa en forma compacta al volumen preexistente, liberando una superficie de grandes dimensiones para uso público en su frente oeste, desde donde se accederá al interior. Franjas verticales con acabado reflectante recorren las fachadas de vidrio que envuelven las cinco piezas del proyecto.
Rodeado de edificios institucionales de mayores dimensiones, el museo trata de destacar fragmentando su volúmen en cuerpos independientes. El edificio propone un recorrido lineal a lo largo de un paisaje de pequeños volúmenes, cada uno de los cuales alberga la obra de un artista. El programa incluye además de salas de exposiciones, salas de conferencias, talleres, una cafetería, una biblioteca y espacios para actividades diversas.
Una explanada en la periferia de la ciudad, fue el emplazamiento elegido para el nuevo museo arqueológico, que se resuelve como un cuerpo sólido de cerámica y hormigón rodeado por una lámina de agua con cantos rodados y horadado por una rampa de madera que permite atravesarlo sin necesidad de acceder al interior. El centro del complejo está ocupado por un patio rectangular cubierto con perfiles de vidrio cuya piel reflectante contrasta con la textura de los cerramientos exteriores.