En 1923, Mies van der Rohe, de casi cuarenta años de edad, dibuja los planos de una vivienda unifamiliar, para ser construida con ladrillos: un bosquejo misterioso, un mudo laberinto gracias al cual, asociándolo con otros indicios, es posible delinear casi un cuadro acerca del pensamiento del autor de la vivienda. Bajo esta idea, a partir del proceso creativo del arquitecto en torno a la famosa Landhaus aus Backstein (Casa de Campo de Ladrillo), se esboza una crítica a su arquitectura. Nota original de la revista Domus N° 633, 1982. Traducción de Jorge Rodríguez Novo.