En consonancia con el lugar y su extensión, el proyectista decide abrir la manzana, concibiéndola a partir de varios centros, mediante un cuerpo compuesto, sinuoso. Esta condición le confiere a la masa construída cierto carácter orgánico que se manifiesta en la espacialidad del parque y hace de la manzana construida un espacio de variación. La ondulación curva de la planta se lleva también al plano vertical del volúmen.