La parcela es el único vacío que queda sin ocupar en una trama urbana densa y compacta por la dificultad topográfica. Los comitentes propusieron una forma de vida con programas amplios que incluyeran actividades gastronómicas, cine, espacios para reunión y fiestas incluso la posibilidad de que la casa dispusiera de un lugar para acoger visitantes. La casa se resuelve en zig-zag adosada en los extremos a las medianeras de las construcciones vecinas, con un jardín arbolado entre sus quiebres y adaptando el programa a la pendiente.