El papel del arquitecto en el sur de Portugal es extremadamente complejo ya que esa zona sigue siendo una región empobrecida, con una clara distinción entre las zonas rurales y las urbanas. Se trata de un contexto rico en estímulos y posibilidades que, sin embargo, también parece estrecho, limitado por aspectos prácticos. Los arquitectos se enfrentan a una disminución en las técnicas de construcción, la aparente imposibilidad de utilizar los antiguos materiales, tales como cal, y la falta de conocimientos sobre nuevas tecnologías.