El autor define la arquitectura del estudio chileno a partir de tres conceptos: la música de las formas, la intemperie, la temperie: intimidades del interior.
La casa fue emplazada en el área más despejada de un bosque junto al río Cutipay. Las dimensiones de la planta se ajustan al pequeño espacio disponible en el terreno en función del respeto hacia el bosque nativo. Se adopta una solución volumétrica simple, reforzada por la doble envolvente que resuelve la imagen y el acondicionamiento térmico de la vivienda.
El edificio, situado sobre un acantilado, debe compatibilizar un programa privado de vivienda y uno público, un centro cultural. Debido a la implantación y a los recursos disponibles, se optó por el uso de técnicas simples y una organización espacial basada en un grueso muro perimetral que contiene servicios y circulaciones y deja liberado el espacio central, apto para múltiples funciones.
La casa se construirá en paralelo con la vecina, sobre una variación del mismo principio: la presencia del agua contenida en el espacio doméstico y su capacidad de condensar funciones sociales y representativas.
La experimentación con los materiales y la vinculación con el paisaje condicionan la morfología de los distintos proyectos domésticos del equipo. El programa, previsto para una familia ensamblada, se resuelve en un prisma irregular de tres niveles, que dejan a los lados las escaleras y servicios y trabajan en los extremos las funciones que requieren de mayores superficies: estar, comedor, dormitorio principal.
El programa se concentra en un prisma unitario de tres plantas que ocupa el punot más elevado del terreno para superar visualmente la masa de árboles nativos que ocupan la zona baja. Los dormitorios están disgregados; el nive intermedio funciona como un podio y aloja las actividades sociales.
Una serie de prismas truncados construídos con materiales tradicionales contienen las estancias de la vivienda, organizadas en torno a patios que articulan las piezas entre sí según una disposición irregular. Cada estancia cuenta con una estructura de cerchas de madera sobre las que se dispone una cubierta inclinada que permite iluminar cenitalmente el interior mediante lucernarios.
Una planta cuadrada dividida en nueve cuadrantes iguales con el centro desplazado en diagonal, define el volumen de la casa. El perímetro funciona como un porche continuo, pautado con uan serie de pilares esbeltos colocados a intervalos regulares. En el interior se localiza el patio abierto con un estanque poco profundo.
El edificio de viviendas se ubica en una posición central dentro de la manzana que ocupa. Con una profundidad de 56 metros, el solar acusa la parcelación fundacional de la manzana. La construcción se basa en un módulo regular de muros estructurales exentos, desde el subsuelo a la cubierta. Se incluyen tres excepciones a esa trama que enfatizan el carácter colectivo de la pieza: un vaciado que desvía la mirada hacia el acceso, un par de escaleras en el centro de la planta y un pabellón transparente colocado sobre la azotea.
El solar que ocupa el edificio, con una profundidad edificable de 30 metros, dividida longitudinalmente en tres franjas para permitir el trabajo colaborativo entre tres estudios de arquitectura. El bloque que da a la calle se basa en la reiteración de pequeñas unidades verticales, levemente curvadas, para lograr desde el interior intimidad respecto a los vecinos. La planta baja se caracteriza por una serie de pilares cerrados por una fachada acristalada.
Emplazada en una ladera con vistas a la ciudad, la casa está formada por dos volúmenes: un zócalo extendido horizontalmente, que alberga zonas comunes de la casa y los talleres, y una esbelta torre perforada por huecos dispuestos azarosamente, que acoge el estudio y el resto de las habitaciones.
La casa, diseñada para una pareja de artistas, fue encargada luego de que su vivienda fuera arrasada por un terremoto. La vivienda se resuelve como una estructura vertical sobre una pequeña planta rectangular. Un zócalo ciego de hormigón sirve como vínculo con el terreno natural. Seis pilares rígidos de acero perfilan la organización interior del recinto.
La pieza ocupa una posición dominante en el paisaje campestre de olivares y viñedos. El volumen, transparente y monolítico, se apoya en equilibrio sobre un zócalo ciego. Un anillo perimetral panorámico pautado por dieciseis pilares colocados a distancias regulares, laberga una secuencia de habitaciones con funciones apenas definidas.
Ubicada entre la caída abrupta de un cerro y un bosque de eucaliptos, la parecla estrecha obliga a cruzar el jardín y a acceder desde la parte superior a la pequeña bahía de la laguna. La planta superior contiene un patio centrado del mismo tamaño que la planta baja, de modo que las habitaciones suspendidas quedarán rodeadas de exterior por los cuatro lados de su sección.
El pabellón se sitúa cerca de las ruinas de un viejo faro, con acceso directo desde el único camino que conecta la caleta norte y el sur de la isla. Su posición girada diluye cualquier referencia cardinal para evitar la distinción entre los dos sectores de la comunidad isleña. El terreno inclinado define un acceso doble a un podio elevado y la aproximación diagonal establece un circuito respecto a las preexistencias.
El pabellón explora los desajustes que existen entre elementos robustos pero puntuales y unidades espaciales precariamente contenidas. Una pieza horizontal paralela a la cota natural alberga un interior poco profundo sobre una planta rectangular apoyada sobre cuatro pilares de sección cuadrada. La concentración del apoyo libera al pabellón de la topografía.
Un plano de hormigón eleva la vida doméstica y anticipa la crecida de un estanque cercano. Sobre el mismo, con una planta en cruz abierta a los puntos cardinales, se apoya una pieza de madera que sostiene un coronamiento de pesados aleros. El interior puede entenderse como un único recinto dividido en cuatro esquinas, dos extendidas y dos centralizadas.
En medio de un área suburbana de reciente colonización, s eubica esta casa de planta cuadrada dividida en cuadrantes asimétricos que se elevan en espiral hasta alcanzar cuatro plantas. Cuatro escalones separan cada cuadrante del siguiente. La secuencia ascendente establece diferentes grados de intimidad y proximidad entre las funciones domésticas.