El proyecto se basa en algunas condiciones espaciales de la vivienda rural chilena del siglo XIX donde la extensión se expresa en los recorridos, en las ambiguas áreas de conexión interiores y exteriores. La acsa se construyó con técnicas tradicionales: un zócalo de piedra que protege al adobe de la humedad y amarre superior con losetas de hormigón.
Las tres intervenciones -acceso, casino y baños y sala de barricas- forman parte de la primera etapa del plan general destinado a la recuperación de las instalaciones de la bodega para utilizarla como centro turístico vinculado al vino.
En función del programa propuesto, se pensó el edificio como un sistema compuesto por tres piezas independientes. Las plantas de los tres pabellones se resolvieron con autonomía ubicando los recintos en una crujía simple para concentrar las actividades reduciendo al mínimo las áreas de circulación. La paleta de materiales y de colores es mínima: muros y losas plegadas de hormigón, pavimentos y cubiertas de cemento y carpinterías de aluminio.
La casa forma parte de una iniciativa inmobiliaria "Ochoalcubo", un pequeño conjunto de viviendas para la venta realizado por nueve arquitectos en base a una serie de constricciones que intentaban proteger la calidad del espacio privado y comunitario. El programa responde a un usuario con perfil genérico, el tipo y la cantidad de recintos son los de una segunda residencia estándar para clase media-alta situada en balnearios: tres dormitorios con sus respectivos baños, sala de estar, comedor y cocina. El proyecto separa un espacio unitario y acotado donde se sitúan las áreas públicas distribuídas sobre un pavimento contínuo de lajas y un dormitorio contenido en un volúmen de hormigón suspendido que define la organización de la planta superior.
Construída sobre un viejo camino de montaña que atraviesa el terreno, aprovechando un abrupto cambio de topografía, la casa se asoma desde la ladera hacia el río y los cerros lejanos. Las zonas privadas d ela casa se separan tanto en planta como en corte tensionando la relación con el resto del programa y generando una continuidad entre los recintos.
El proyecto surge a partir de tres decisiones: el volúmen, dato marcado por la normativa, una estructura de hormigón armado de muros transversales interiores y losas nervadas y un conducto longitudinal por el que circulan todas las redes de abastecimiento y descarga.
Con el crecimiento del campus, las necesidades programáticas ham cambiado: la biblioteca redujo su superficie de almacenaje, la escuela de arte dejó de funcionar en el predio, se construyó el casino. La intervención se caracteriza por mantener la intervención original, reconociendo los elementos estables como la estructura espacial que posibilita el crecimiento y ocupación. El proyecto lleva a cabo una serie de costuras que refuerzan la idea de un sistema integrado.
Las condiciones del terreno y las preexistencias llevaron a plantear un pabellón, ligeramente quebrado en planta y corte, que replicaba al existente generando un diálogo entre ambos volúmenes. El proyecto enológico requería que el proceso de vendimia y vinificación funcionase por gravedad, lo que planteó la necesidad de un patio de vendimia en un sótano; la zona de guarda en barricas y la sala de degustaciones se ubicaron en la bodega antigua.
El encargo consistía en un pequeño espacio físico flexible y transportable que debái poder interactuar con diferentes contextos institucionales y culturales. Se diseñó una estructura inflable autoportante de etfe; el apoyo y la estructura colaborante lo proporcionan dos marcos desmontables de aluminio por los que pasa el cableado eléctrico.
El proyecto de renovación de espacios públicos de Cerro Toro -que forma parte del Plan de Mejora de Espacios Públicos Vecinales, dentro del Programa de Recuperación Urbana de Valparaíso-pretende contribuír a desdibujar fronteras, entendiendo el barrio como parte de un sistema de espacios públicos. La operación consiste en repavimentación, mejora de las condiciones de accesibilidad a las distintas zonas de los cerros y solución a la escorrentía de las aguas así como también una propuesta para iluminación y provisión de mobiliario urbano.
La pequeña unidad se concibe a partir de dos recintos multiuso, con un baño y un espacio mueble situado en una de sus caras exteriores que puede utilizarse como cocina o bodega. Gracias a unos portones correderos de acero, el refugio puede cerrarse herméticamente.
La casa se proyectó como un volúmen compacto, oscuro y sin ángulos, con una estructura de acero suspendida sobre un zócalo de hormigón. Su perímetro quedó definido por un claro entre los árboles; las reducidas dimensiones de este espacio motivaron que el programa se organice en tres niveles: servicios en el zócalo, zona pública y dormitorios.
La propuesta para la nueva sede para la Coproración Andina de Fomento se articula a partir d etres ideas básicas: segregar el programa de oficinas para obtener volúmenes esbeltos, prolongar el área pública de las plazas colindantes y generar un zócalo abierto que funcione como un atrio urbano.
La casa intenta construír un espacio funcionalmente indeterminado, capaz de alojar sistemas de vida y grupo familiares desconocidos. Se basa en una estructura espacial de planta abierta, constituída por uan única crujía de cinco metros. El programa se distribuye en dos plantas, una para uso diario y otra para festivo, entendidascon códigos de organización diferentes.
Los muros perimetrales constuituyen un recinto, sobre el cual se ubican dos pabellones separados que encuentran un punto de articulación en un patio interior. El resto de las decisione sproyectuales están orientadas a fundir estas dos zonas con el fin de constituír un volúmen contínuo en lo que se refiere a materiales, paleta cromática, superficies, etc.
El proyecto es resultado de un concurso restringido cuyo programa se basaba en las habitaciones por lo que la decisión fue encontrar un sistema de apilamiento que constituyera formal y estructuralmente el volúmen.