La ubicación del segundo aeropuerto de Milán a Linate responde al doble objetivo de reducir al máximo los tiempos de inactividad y evitar que los aviones sobrevuelen la ciudad, ya que las fuerzas dominantes habían exigido que la pista principal estuviera orientada de norte a sur; las zonas de aproximación nunca pasan por encima de los barrios urbanos.