Existen pocos lugares de Buenos Aires más difíciles de resolver para un arquitecto que los cincuenta metros de frente sobre la Avenida Alvear que quedaron luego de la demolición de la mansión De Ridder. El programa exigido por el cliente (casi 37000 metros cuadrados de propiedad horizontal de gran categoría) obligaba a enfrentarse con un doble problema: la implantación de lo que inevitablemente sería una torre de gran altura, y el "diálogo estilístico" que de alguna manera debía entablarse entre el gigante por venir y sus recatadas compañeras francesas. Se desarrolla el Edificio Alvear y Parera del Estudio Mario Roberto Alvarez y Asociados, proyectado en 1977, finalizada su obra en 1990 y Premio Anual de Arquitectura 1991.