El edificio de la central geotérmica trata de reducir el impacto ambiental en el entorno inmediato a través de un sistema de camuflaje que implica convertir la planta en una pieza singular que potencie el esplendor del paisaje toscano. Para compensar la naturaleza desarticulada del programa infraestructural, se utilizó un sistema de vigas autoportantes de acero que unifican la imagen del conjunto.