En un claro de del bosque de pinos, la casa pretende combinar el carácter esencialmente provisional de vida no urbana con un sentido de permanencia asociado a los árboles centenarios del entorno. Los dos volúmenes que definen el programa reúnen características distintas: un paralelepípedo con bordes redondeados y azotea encaja en otro, con techo inclinado con formas redondeadas, predominantemente opacos. En el interior, espacios y ambientes se entrecruzan, unificados por los materiales. Un estrecho corredor separa las áreas funcionales a la vez que sirve como una línea de colaboración entre los dos volúmenes. La característica principal del edificio es su envoltura de capa: un chasis de viga visible en el interior soporta una cámara ventilada de relleno compuesto por tablero de yeso, aislamiento térmico, chapa de acero, resistente al agua membrana y una capa externa redondeada de piedra natural o artificial.