El proyecto atiende a las condiciones específicas del solar -determinado por la preexistencia de un estacionamiento subterráneo- y el contexto urbano -flanqueado por una avenida y un colegio-, proponiendo un espacio público abierto que dialoga con el colegio a través de un colchón vegetal que da acceso al edificio. Funcionalmente la biblioteca distribuye su programa en dos plantas, apostando por la la claridad, el orden y la flexibilidad. Un cortinaje metálico, formado por varillas de acero pretensadas revestidas por canutillos cerámicos, envuelve la sencilla geometría del edificio y funciona como protección solar y flitro lumínico durante el verano.