La primera decisión de proyecto fue organizar el programa como un conjunto de edificios que dejaran huecos entre ellos para dar luz y aire sobre el vacío interno. Las principales restricciones del lugar eran la calle, el patio interior y los edificios próximos. La relación con la calle hace que el edificio se pliegue y proteja la vereda, generando un gesto urbano particular: moverse al lado de un edificio y al mismo tiempo estar debajo de él. En la planta baja se produce la vinculación con el patio interior.