El proyecto, para el nuevo mercado de flores en la zona franca de Barcelona, mantiene en su fachada la imagen arquetípica de los mercados tradicionales en los cuales la cubierta cobra protagnismo. En este caso se resuelve como una combinación de pliegues entre el piso, la pared y la terrazadisolviendo esos elementos para crear zonas de acceso, carga o áreas protegidas.