El edificio juega un rol fundamental en la integración de la plaza en el conjunto del casco antiguo. Las tipologías están basadas en la continuidad entre sala y cocina en L creando un único espacio que cruza el edificio con un gran vacío que relaciona las dos fachadas. Esta estrategia consigue que todas las viviendas tengan relación visual con la plaza y la iglesia. Para las fachadas se utilizó piedra basáltica y postigos de panel tipo VIROC de cemento y fibra de madera.