El centro se sitúa en un meandro de la ribera del Manzanares, en un solar entre infraestructuras, con el objetivo de recuperar la zona residencial aledaña. Para ello, la propuesta incorpora y potencia el paisaje fluvial existente. Los espacios construídos se organizan en torno a un lago artificial; un conjunto de pasarelas abre caminos a través de estos volúmenes. Las tres grandes pistas de tenis están adaptadas para acoger distintos usos.