El muro exterior de hormigón confiere una imágen unitaria a las tres piezas que componen el conjunto: atrio, templo y centro parroquial.; el atrio conecta entre sí las dos plazas situadas a ambos lados del edificio y funciona además como vestíbulo exterior y punto de encuentro. El interior del templo se resuleve de manera sencilla, tanto formal como materialmente; muros de hormigón, una vidriera de alabastro y un lucernario sobre el presbiterio enfatizan el ambiente litúrgico.