El hotel está situado a un costado del pasaje marítimo, entrada al Parque Nacional Torres del Paine. El proyecto se organiza en torno a tres ideas: descubrir el edificio en forma fragmentada, recoger ciertas preexistencias de carácter del sitio como la condición local y el silencio y diferenciar el carácter de las habitaciones -íntimo- de los espacios comunes -restaurante y lounge se ubican en una antigua casa contigua reciclada a tal fin-. El programa se materializa en un volumen de seis niveles que contiene las 29 habitaciones y un spa como remate.