El proyecto hace hincapié en las cualidades térmicas del edificio para rebajar el gasto energético. La fachada longitudinal combina planchas de zinc con paneles de policarbonato que matizan la relación con el exterior, al abstraer el entorno doméstico vecino y convertirlo en una composicón abstracta de blanco (policarbonato), verde (vegetación) y madera (carpintería).