Como la propia ciudad, el edificio está pensado como un paisaje de torres, una agrupación de volúmenes robustos que forman una entidad monolítica. La entrada principal se encuentra en la esquina inferior del edificio frente a un espacio urbano que hace las veces de antesala. La forma de la sala principal tiene connotaciones corporales; con una capacidad para 1300 plazas se optó por una simbiosis entre del sonido.