Tres losas paralelas de hormigón cubren las nueve viviendas en hilera que, junto a una casa aislada, ocupan el antiguo huerto de una casa señorial. Entre las losas se abren patios de diferentes tamaños. La continuidad espacial está asegurada por grandes paños de vidrio con marcos metálicos. El aparente hermetismo exterior, recreación del carácter primitivo del entorno, contrasta con la sensación de amplitud y luminosidad de los interiores.