El edificio, por la singularidad de su programa y su localización, debe convertirse en un foco de que ordene y configure el carácter de una zona de la ciudad en la que se encuentran tramas y elementos urbanos de origen e historia diversos. El programa se divide en dos partes; en las plantas superiores una serie de despachos rodea un patio interior conformando un anillo en doble altura mientras que las funciones públicas se sitúan en la planta baja, generando una gran plaza que se vincula con el espacio público exterior.