El pabellón, diseñado para albergar el legado Albers-Honegger, es la segunda construcción exenta en terrenos del castillo y formalmente se contextualiza con la otra intervención. El museo se ubica en una pendiente lo que implica que sus dos principales funciones -exposición y encuentros públicos- tengan acceso por el nivel inferior. El edificio está construído en hormigón in situ y el color intenta mimetizar el volúmen con su entorno.